Un chupito, con el sabor del primer beso.
Un martini, para alegrarme el día y un vaso para rellenarlo.
No son buenos días si no te levantas con una sonrisa.
No son las 7 de la mañana y ya te quiero en mi cama. Hazme reír como solo tu sabes, porque antes de ese once nadie me había oído ni una carcajada.
Eres peor que un tequila en plena noche. A tu lado me siento como cuando se sale a la calle con ganas de pasárselo padre.
Dame un beso a medio cóctel, sin intención de terminarlo.